Rondaba Octubre de 1995 cuando los aficionados al mundo de las bicis, pudimos deleitarnos con una de las páginas más gloriosas del ciclismo español. En una época en la que el Rey Miguel de I España y V de Navarra ejercía su ejemonía por el asfalto mundial, dejó para recuerdo en los anales de la historia una de las muestras de compañerismo mas gordas que se recuerdan.
Ese día demostró que su grandeza superaba límites inimaginables, que no se limitaba al ámbito de rendimiento deportivo, sino que como persona sabía como hacer las cosas. Desde entonces sacrificios de este tipo en el deporte no he llegado a seguirlos, pero por aquel entonces fue un gesto que me marcó.
Supongo que porque me chupé todas las horas de retransmisión y vibré con el final agónico con Olano pinchado.
Este vídeo que os dejo debería enseñarse en las escuelas deportivas, para que tanto entrenadores como deportistas entiendan completamente, lo que es verdadero compañerismo.
Besos y abrazos
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